La Poderosa Membrana Amniótica!!!

El Amnios humano es una membrana fetal unida al Corion constituyendo el saco amniótico, que al estar lleno de líquido amniótico protege al feto y brinda un medio adecuado para su crecimiento. Es una membrana fina, semi transparente, compuesta por una capa interna epitelial, una gruesa membrana basal y una capa extromal avascular de tejido conectivo fetal con escasa cantidad de fibroblastos.
Posee características físicas, bioquímicas y biomécánicas que permiten su utilización en diversas patologías humanas.
En la capa estromal existen factores liberadores, de proliferación y angiogénicos, que reducen la inflamación y modulan la cicatrización.
La capa epitelial está compuesta por un epitelio cúbico simple que asienta sobre una gruesa membrana basal rica en colágenos III y IV y laminina. Esta capa favorece la adhesión y migración celular estimulando la reepitelización, propiedad muy valorada por distintos sectores en medicina. Otra propiedad muy importante es que este tejido no genera respuesta inmune por parte del receptor,  evitando así el agregado de un factor de inflamación. También está comprobado que reduce considerablemente el dolor de los pacientes y las posibilidades de infecciones.

Características de la membrana amniótica procesada:

*Regula el transporte hidroelectrolítico, evitando la pérdida de fluídos.
*Disminuye el crecimiento bacteriano.
*Presenta escasa inmunogenididad, evitando un factor de inflamación.
*Facilita la reepitelización, acelerando así el proceso de curación.
*Alivia el dolor y disminuye la inflamación.
*Inhibe la apoptosis de las células epiteliales.
*Evita la vascularización y la fibrosis de la córnea, útil en oftalmología.

Historia

Los intentos racionales de utilizar la parte más interna del amnios, es decir la membrana amniótica en medicina, han sido realizados desde hace muchos años. Las primeras experiencias de utilización de membranas fetales se realizaron hace ya casi 100 años. En 1910 David Comunica el primer intento de injertar fragmentos de la capa más interna del saco amniótico con el fin de favorecer la granulación de una herida abierta. Dos años más tarde es tratado con membrana amniótica el primer gran quemado. Posteriormente en 1913, Stern y Sabella emplearon el implante de membrana amniótica en el tratamiento de ulceraciones y quemaduras de la superficie cutánea, observando una ausencia de infecciones en las heridas limpias, una importante reducción del dolor y un aumento en la velocidad de reepitelización de la superficie cutánea traumatizada. De todas formas nos encontramos antes soluciones de emergencia, dado que estos fragmentos de membrana eran sólo provisionales, necesitaban ser cambiador cada pocos días y eran retirados en cuanto se disponía de otro tejido dado que se creía que podían inducir rechazo. Este temor era lógico en aquel momento, ya que la mayor parte de los autores utilizaban la membrana amniótica adherida al Corion y, por lo tanto, no es la membrana basal acelular que utilizamos en nuestros días. Desde ese momento los tejidos placentarios humanos (y bovinos en casos aislados) han sido utilizados de muy diversas formas por diferentes especialidades médicas.
*En oftalmología, los primeros en utilizar membranas fetales fueron De Roth, en 1940, y Sorsby, en 1947, para la reconstrucción de la superficie ocular. Posteriormente, durante un período de casi 50 años no se publicaron nuevos trabajos de utilización de la membrana amniótica, probablemente por las dificultades que representaban realizar un procesamiento efectivo y una buena conservación del tejido. Sin embargo, en 1995, Kim y Tseng, de cierta manera, re introducen el transplante de membrana amniótica preservada en el tratamiento de la patología de la superficie ocular, y con ellos renace el interés por el uso de este tejido. Ellos utilizaron la membrana amniótica para la reconstrucción de la superficie ocular de ojos de conejo severamente dañados y demostraron en sus trabajos que el 40% de las córneas de conejo con deficiencia total de las células madre limbares podían reconstituirse reemplazando la superficie ocular conjuntivizada con una membrana amniótica humana criopreservada. Tomando esa fecha como punto de partida, y debido a los buenos resultados obtenidos, el empleo de la membrana amniótica se ha expandido constantemente a lo largo de estos años y hoy en día es una alternativa terapéutica muy difundida en el mundo.

Utilización:

En el tratamiento de los quemados es utilizada como cubierta transitoria, ya que alivia el dolor, evita la deshidratación, disminuye las infecciones y facilita la reepitelización. También es utilizada para el tratamiento de diversas enfermedades dermatológicas, como el síndrome de Lyell, y en úlceras cutáneas. Dado que la membrana es semi traslúcida favorece el control de la evolución del sitio de implantación sin la necesidad de retirar la cobertura, evitando así una manipulación innecesaria de las heridas.

Las posibilidades del empleo de este tejido son muy diversas, se ha publicado su empleo en cultivos celulares, cirugía máxilo-facial, oftalmología, úlceras, cirugías ginecológicas, etc. Y su aplicación en distintas patologías continúan aumentando gracias a sus particulares características, a que este es un tejido versátil, muy útil, fácilmente manipulable y a los buenos resultados obtenidos en su utilización.
No dudes a la hora de solicitar tus membranas amnióticas junto con tu medicina placentaria!!!



Wadi Cuevas -  Doula DONA Internacional - México D.F.